si no se tiene, es peor.
Ajustes, recortes,
paciencia y orden.
La calidad no importa,
ni el valor ni la virtud,
sólo aquel poderoso caballero,
A quien cantara Don Quevedo.
Que es importante,
no lo niego,
pero confunde el camino
y destruye destinos.
Imagen tomada de Pinterest |
Los que deciden
deberían oir su interior,
y actuar de acuerdo a lo que es mejor.
Olvidando a veces la economía.
Y dejar esa lucha fría,
contra el bien deseable,
cuando todo es contable,
se nos olvidan los detalles.
Es así como un buen día,
se restringe la comida,
en aras de una economía
que busca una mejor vida.
Se olvida lo primario,
que una mejor vida,
implica tener vida,
y para ello sirve la comida.
No quiero ser prosaico,
todo exceso es malo,
pero hay un mínimo deseable,
Es de miserables
no lograrlo.
Lo peor es que la miseria propia,
crea miseria ajena,
y se cierra un círculo,
de dolor y de pena.
Sólo lo correcto,
el amor cierto y donado,
oír lo que se nos dice
desde dentro,
desde dentro,
puede hacer que los cambios obligados,
a todos hagan felices.
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