Contemplar el milagro,
la fidelidad al momento,
la ausencia de miedo,
el instante de felicidad.
La fórmula mágica,
las nuevas luces,
el templo iluminado,
el camino que conduce
a tu bosque de cantos.
La autenticidad,
la simplicidad,
lo fidedigno,
lo sublime.
Contemplar el nuevo milagro,
la renovación en tus besos,
el infinito rumbo de tus manos,
tus proverbios, tu parábola.
Las nuevas enseñanzas,
la fidelidad a seguir viviendo
el milagro de tu imagen.
Caracas 27 de septiembre de 2011
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