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Anoche comulgué,
aprovechando una inmensa
hostia que en el cielo proyectaba
pedí perdón por todos mis pecados
no son tantos, pero pedí perdón.
Por amar tanto,
por no escribir bien ni adecuado
por no haber sido mendigo ó pordiosero
por no ser irresponsable y descuidado.
Anoche fui hasta el templo itinerante
de un húmedo jardín nocturno
improvisado,
con cantos de grillos y chicharras,
un grupo de poetas leían sus evangelios
descarnados, desgarrados, afanados.
Y la hostia celeste derretía gota a gota
en cada letra, un maná inesperado.
Anoche supe que la poesía no se lee en voz
alta
se lee si, a la distancia
de tus ojos, el corazón y las palabras.
Anoche reconocí mis defectos comunes
ser un cazador de desilusiones y
desesperanzas
anoche comulgué con inconstancia.
Caracas 12 de octubre de 2011
Todo hombre es sincero a solas; en cuanto aparece una segunda persona empieza la hipocresía ha ha ha
ResponderEliminarNo te lo tomes a mal pero ¡ Sigues siendo sexista ! ;o)
ResponderEliminarsabia que dirias eso por eso hice el comentario para ver como reaccionabas ha ha ha
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