Una semillaplantada en una grieta,
de una flor preciosa
que aún no se gesta.
La grieta está en la caverna,
a que platón hace alegoría,
y encuentra suelo fértil,
para desarrollarse impía.
Cree que todo lo puede
que se basta a sí misma
que cambiará el mundo,
con una voluntad de cisma.
Cuando en realidad aprende
que crece silente, florece,
con un rayo de luz exacto,
suficiente para deslumbrar de facto.
Piensa que un mundo mejor,
ha creado, que con ella allí,
Un punto asoleado,
es verdor y amor.
Pero no hay quien la mire,
crece sola, su belleza es ajena,
habituados a la oscuridad,
se han olvidado de mirar.
Y el cambio está
en tratar de mostrar,
su belleza a quien
no la puede admirar.
Sin caer en vanidad.
Descansa allí,
como un diamante
con caducidad,
en una gruta sin descubrir.
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