Ya no soy nada de aquello
soy distinto, soy
huesos con menos minerales,
un alma más liviana
y una piel más arrugada.
Pies gastados,
vísceras cansadas,
un corazón agitado,
una mente divagante,
una constante
una pregunta.
Siddhartha criollo sin ríos que atravesar
pero de iguales circunstancias,
soy un poema sin rima
un verso inconcluso,
una canción inédita,
una brisa de madrugadas.
Un pájaro que canta y pasa por tu ventana,
un impulso, una pulsión mal definida o muy primitiva,
algo que ya no se reprime
y que consigue escapar.
El escalofrío de un miedo interno,
el goce de una ansiedad,
la obstinación de una inconformidad.
El placer de algo sencillo,
un instante básico,
un destello de mirada,
una sonrisa inofensiva,
soy distinto a todo aquello,
nada de disfraces ni trajes.
Una madrugada de insomnio
y la inspiración de un romance.
Un lugar desconocido y el volver a los que me han encantado,
un circulo, algo girando.
Ya no soy nada de aquello que veras
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