A la hora de olvidar problemas
sigo tu faro y voy hasta tu isla.
y mi nave soporta y aguanta…
Hasta la hora de mi nueva sed.
Cuando mi arcoíris se posa en tu lengua, se empapa
y ordeña esperanzas en tus arroyos…sacias y calmas
hasta la hora del frío…culpa de estar expuesto.
Cuando me cobijo con tu horizonte de azules
y tu sol seca mis campos por paños,
hasta la hora de mis próximas lágrimas.
Cuando tu prisma refracta y brotan pestañas
y dispersan y quedo intacto…detrás de tus ojos,
hasta la hora del tifón, que desintegra
hasta la hora de escaparme y fragmentarme.
Cuando me refugio en tus manos
mi corazón en contraluz se oculta del mal
y estoy encerrado en tu calendario, ¡exacto!
Hasta el próximo miedo y hasta el próximo espanto.
Cuando volveré (*) a tu suelo al huir de mis tornados
POA 9 de septiembre de 2014
(*) Nota marginal:
“…Volver: a ti después de cada quebranto
con los huesos rotos y las sienes rasgadas.
Volver a ti sangrando, con las memorias descubiertas
eufórico por la victoria o contrariado en las faltas,
buscando una palabra y un consuelo mágico.
Volver igualmente cansado, cargado de salitre y humedad
a buscar tu mano, a conseguir el olor de tu calma,
recibir tu bálsamo.
Despedirme cada noche y volver cada mañana
luego de un viaje a tierras de tonos grises y cielos rosados,
de ladridos silenciosos y caminos escarpados .
Volver a ti con la fe de volver y nada más que esas ganas
De conseguir calidez en tu inmenso valle…aconchegado”
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