desnuda, sin perjuicios ni miedos,
quiero ser uno con tu alma de hierro,
quiero fundirme en tu piel de fuego.
Sentirme en tu mundo interior firme y anhelante,
compartir la actividad progresiva y constante,
mezclar nuestros sueños, humedecidos en un coctel de placer brillante,
escuchar muy de cerca y ser la causa
de tus sonidos primitivos, íntimos,
físicos, básicos, instintivos.
Alcanzar mi intensidad, multiplicarte,
sentir la unión intensa de amarte.
Amarnos disfrutando cada milisegundo, cada micra,
cada instante...
de nuestras almas indefinidas, afines, unidas.
Comenzar de nuevo en un ciclo incesante,
y después de ello, lo que suceda, es poco importante,
después de visitar el Edén en el cielo,
no queda nada en el resto de un universo cambiante.
Imagen tomada de Pinterest |
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