vida, hasta que te vas...
ya no vuelves, te desorientas,
y acabas en sutil despedida.
Te fuiste y ya te habías ido
en el silencio de una noche triste,
en las neblinas de unos recuerdos,
en la incoherencia de palabras,
que solo entiende un agotado cerebro.
Sonrisas fáciles que son reflejos,
de otros tiempos mal conectados,
interpretaciones, conversaciones
mensajes ausentes de un pasado,
...presente.
Caminas, pierdes la brújula,
desconoces la mano que te orienta,
ves alguna sonrisa, que siembra destellos,
en la neblina de tus recuerdos.
Hasta que al final, el entendimiento,
se apaga lentamente y en él
una vida que en su momento,
marcó pauta en aquellos que con paciencia
te guiaban y te decían del servicio su puesto.
Liberando en la despedida final,
que libera a los demás,
que no lo esperan, no se preparan jamás
para un adiós que es un despertar.
Para un duelo, al que nunca,
nos podemos suficientemente,
preparar.
Eso eres,
difícil enfermedad.