vuelves en forma de renuncia.
Paz obligada, dolor en el eje,
que limita lo físico y activa la mente.
Entendiendo más, valorando más
agradecido de poder estar,
aportar, no juzgar,
dar sin reclamar.
No competir, colaborar.
Cerrar espacios a la mediocridad.
No juzgar pero no permitir la impunidad.
Luchar, siempre luchar, sin comprometer la integridad.
Dejarse de quejar,
mantenerse en la barca, remar,
Elegir bien el capitán,
y si lo hace mal argumentar.
Esperar saber que la lucha es interna,
no depende de lo que afuera suceda,
oír nuestra brujula interior,
seguir el corazón.
Lo demás sólo vendrá.
Es una revolución de verdad,
se acercan tiempos mejores,
donde el mundo cambiará.
Es una ley natural.
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