Musa has vuelto
te deseo más lejana
y callada,
que en este silencio negro y
atronador.
Ansia de tenerte, musa,
que luchas imposible
con conjeturas de realidades
Ingratas calladas, bruja.
De hechizos
que se burlan en las sombras
de sentimientos robustos, puros, ricos
y reales potencialmente dañinos.
Que no se van a pesar de esfuerzos
y aparecen avivados en la soledad
de gestos anónimos.
Que pretendo callar.
pero que se expresan sórdida e intensamente.
A pesar de mi débil resistencia.
Agotando la voluntad
y convirtiendo el cuerpo en un lamento,
de renuncias, de espacio y tiempo
agradecidos y muertos