Asumo la tristeza como parte de la vida,
como parte de mi vida.
Rechazo la violencia, mí violencia,
aprobando la paz y el sosiego
que quedó.
Rechazo la crítica, la queja, la culpa y
la resignación.
Aplaudo la llegada de una vida mejor,
una vida cada vez mejor…
Apruebo el amor, mí amor
y el que otro entregó.
Apruebo el amor que llega
y admiro el amor que marchó…
Apruebo cada minuto de vida
que todo lo transformó,
que permite mi aceptación
y facilita mi adaptación.
Asumo ésta y otra lección.
Entre Caracas y Puerto Ordaz. 21 de enero de 2011.
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