de un cuerpo servil
a las convenciones,
sin límites físicos.
Brisa en la tormenta,
de las miserias y anhelos,
humanos, colándome
entre el laberinto de gotas y grietas.
Como el viento suave
y constante que mueve el ingenio,
de un molino, o las aspas de energia,
renovable, lentamente y continuamente.
Forjando el trabajo silencioso
y bien hecho, sin deseos de reconocimiento,
pues es la naturaleza,
fluir sin decir bondades
No ser el viento destructivo,
de los que gritan y se imponen,
con consignas de humanismo,
que sólo sacian sus caprichos,
disfrazando de nobleza,
la vil vanidad y el egoismo,
no, mas bien volar como la brisa fresca,
entre una tormenta de verano.
Que sin ruidos ni complejos,
refresca sin recompensa y brinda paz,
con agua para los que con sed de mejorar andamos,
y que si no la deseasen, igual da, sigue fluyendo,
cumple su función sin anhelos.
Como el árbol silencioso,
que brinda oxígeno, frutos, flor
sombra paz, para el que los pueda disfrutar,
y buenos deseos sin nada esperar,
para el que no nota que allí está.
No hay comentarios:
Publicar un comentario