Heridas densas.
que ni el silencio,
la distancia,
ni el tiempo,
sanan.
Daño auto inflingido,
por sensible condición,
humanidad, que hace vulnerable,
a quien sin corazas se entrega,
sin deseo de daño.
Solo amando...
Tristezas profundas,
vacío, ansias, temor
de daño a inocentes,
temor de consecuencias solapadas.
temor de consecuencias solapadas.
Paz te marchas,
zozobra, ocupas su lugar,
sonrisas nerviosas,
sensaciones vitales,
sutiles, reales.
Acciones ocultas, nobles,
dolorosas, virtuosas.
pudorosas, a veces crueles,
juegos de hambre
y de bienintencionado daño.
y de bienintencionado daño.
Ilusiones que nacieron mudas,
óbitos con alma,
espíritus que quitan el sueño,
culpables de no hacer nada,
su existencia ya es disparatada.
¡Mayor culpa si daño causaran!
El primo non nocere
El primo non nocere
resuena en el sistema límbico.
Defectos inventados,
racionalización cognitiva,
que nos intentan convencer,
¡mecanismos de defensa!
Para no sentir,
pero allí están los sentimientos.
inspirados en algo puro,
por eso perduran
sublimados, deseando lo mejor,
paz,
de allí que estén mejor,
alejados.
Mientras mas cerca:
más lejanos, mas tóxicos,
más insanos.
Mientras mas lejos:
más limpios mas puros,
más cercanos, menos daño;
así se entiende a los ermitaños.
Podrían tener la respuesta,
Cuando hay posibilidad de daño,
a propios o a extraños,
tal vez sea mejor
quedarse distante,
callado.
Ermitaño, huyes más de ti mismo,
que del resto de un mundo,
cercano.
Leyendo “inteligencia Social" de Daniel Goleman
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