Por qué nos resistimos tanto a lo cierto
tu partida es algo definitiva,
aún pienso que solo estas dormido.
Te quedaste extasiado en la lectura
la más larga de una poesía infinita
entrar en reflexión
esperando el fin de los días,
decidiste ausentarte.
No necesitas comidas
porque estás nutriendo tu espíritu
y vas enseñando en silencio
otra lección más sentida
ahora eres brisa en el sur,
o un viento tibio y citadino,
el que ayer sentí sin percibirte.
Ahora eres más simple de lo que fuiste
un denso libro para leer erguidos
un libro que habla de parábolas y leyendas
cuentos infantiles y recorridos de caminos.
Que bueno haberte compartido
hoy sé por qué repican campanas
en mi profundo pueblito
por qué caen las hojas secas
Por qué vuelan los pajaritos
Y hoy se como enfrentar injusticias.
Caracas 24 de enero de 2012
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