invaluables, raros, preciados.
Concretan el tiempo,
sin espacio.
Tiempo eterno de contactos
sutiles.
Cambios de sentido, abstractos,
silencio de miradas armónicas...
ventanas del alma que irradian sensaciones
vívidas, intensas, melódicas.
Voces que gritan en el silencio de un deseo,
presente...
visible, en un contacto inocente,
sutil, que marca profundamente,
sostenido en segundos internos
de perpectivas mudas.
Distancias que acercan,
belleza sencilla, plana, directa.
momentos agradecidos, de contacto,
íntimos, perennes, limpios.
La mariposa de una mano atrapada,
solo segundos, en una pasión, solapada,
evidente para las almas que calladas,
se miran en sentimientos nobles.
Agradecido solaz,
de oasis desinteresado,
de segundos eternos, en la motonía,
de un desierto envolvente, de intereses mezquinos.
Nobleza que obliga...
y se agradece.
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