Quiero besar mis poemas,
en tu alma sensible.
Uno a uno en instantes eternos.
Quiero que los recibas dulce,
en la miel de tus deseos íntimos,
repartida en cada poro...
en cada vello erecto.
Y dejarlos salir después en un gemido,
de placer intenso, luego de haber
recorrido tu ser entero, indetenibles,
constantes en ondas repetidas,
como el mar besando la playa.
Y no parar hasta la eternidad...