en lo oscuro, donde no llega la luz,
entre sombras de ignorancia.
De tanto huirles, de súbito,
nos salen en la realidad,
que creamos escapando.
Es su forma de persistir.
No vale la pena tener miedos,
no se debe vivir con ellos,
sobre todo, por que la vida te lleva,
a acabar enfrentando tus fantasmas.
Que son sólo eso,
fantasmas que crea la ignorancia,
para mantener sus creencias,
lejos de la luz de la ciencia.
Y cuando los descubres,
los estudias con la linterna del conocimiento,
entiendes que no eran tan terribles,
que eran sólo eso, juegos de la ignorancia.
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